Demetrio había cumplido su mayoría de edad, se sentía fuerte y con ganas de
recorrer el mundo, sabía que sus sueños; debían hacerse realidad más allá de
aquel pequeño pueblo que lo vio nacer y que ahora. Lo dejaba volar como un
pájaro libre.
Desde niño había escuchado con gran interés las historias que le contaba su
abuelo al finalizar el día, se iba a la cama soñando con ser el protagonista de
alguna de ellas. La que más le llamaba la atención era sobre una pequeña cuidad
en medio de un gran valle, en la que había pasado sus mejores años, la describía
como un lugar con un clima maravilloso rodeado de bosque y con unas mujeres
tan hermosas que enternecían a Dios.
Lo había decidido; este era el lugar donde quería vivir, empaco sus sueños en una
pequeña maleta e inicio su viaje.
Al llegar encontró una gigantesca ciudad llena de automóviles ruidosos que
emitían un humo asqueroso que le impedía respirar, el cielo había sido cubierto
por una gruesa capa de gases, los bosques talados para construir mas vías y las
hermosas mujeres siempre estaban corriendo por temor a ser atropelladas, era
aterrador. Necesitaba saber que le había pasado al paraíso del cual le habían
hablado y se dirigió a un parque donde encontró un anciano de rostro triste vestido
con harapos y le pregunto: ¿está enferma esta ciudad?
¿Enfermedad? -respondió-. Usted como todos viene a este lugar a trabajar y a
formar una familia y en el proceso, conocen a un señor llamado Multinacional que
le hará creer que necesita un carro para hacer su vida más cómoda y como todos
elegirá al gobernante que le prometa más vías para más carros y menos espacio
para las personas. ¿Enfermedad? Y de las peores.
Autor: Hernan Mauricio Marin
"Demetrio había cumplido su mayoría de edad, se sentía fuerte y con ganas de
ResponderEliminarrecorrer el mundo, sabía que sus sueños; debían hacerse realidad más allá de
aquel pequeño pueblo que lo vio nacer y que ahora. Lo dejaba volar como un
pájaro libre." El punto y coma antes de "debían" está de más, sobra. El punto seguido después de ahora, también sobra. Esos errores invitan al lector a abandonar la lectura.