CIERRA LOS OJOS Y DIME QUE ME AMAS

La belleza y el belleza siempre han transitado por estas tierras, son muy variados y misteriosos;estos pueden ser altos, bajos, gordos, flacos o hasta esqueléticos ycuando aparecen ante el ojo comúnsale el sol brillante y enceguecedor que los caracteriza, más los hace al igual irreconocibles, más cuando se apresuran a sus aposentos en la noche es cuando se resguarda de tanta mirada cautivada y acechante de aquellos que persiguen su favor, por ello siempre son 2. Los balcones son su habitad, o más bien, su única conexión con el común, donde muestran su bellecidad embelesadora.Se puede tratar de hablar con ellos o cortejarlos, más siempre son intocables e ocultos a la vista,pero a pesar de todo siempre hay alguien que daña la vista, y es la fealdad, irreconocible e indetectable la fealdad siempre ha querido ser amada  tanto como la belleza y el belleza, pero siempre tendrá un problema, y es que nunca será la meta ni el príncipe de nadie; nunca alguien en sus sueños ha soñado con la fealdad, ni ha querido parecerse a ella, entonces ¿quién la amará?, solo su progenitora sin duda alguna, que es el amor, posee muchos parientes, pero algunos son muy lejanos como el favor, el carisma, la inteligencia y otros particularmente cercanos como lo son compasión y a amistad. En su cruzada Intenta e intenta una y otra vez con tanta ceguera como sus ojos puedan ver, esta habla y habla, camina y camina, siempre buscando las  promesas que su madre le había dispuesto, más nunca logra encontrar esa luz clara y finita, tanto así que queda condenado a estar siempre son su único pretendiente, la amistad, que la sigue a todos lados, es su principal aliado pero a la vez su enemigo mortal, dado que siempre que escala a algún balcón con tanto esfuerzo la encuentra al final de la luz,ha tratado de quitársela de encima pero sin sus amigos pocas veces puede lograrlo, entonces condenada a revisar de balcón en balcón la promesa de la belleza, la fealdad está condenada a encontrar a la amistad al final de la cuerda,una y otra vez, y siempre que se arma de valor  que pocas veces es, se da de cara con nueva decepción, pero raras veces, en su indecisión sube de nuevo a un  balcón que irradia una luz clara y distinguida, y antes donde había belleza y después amistad, ahora hay una promesa que fue dada por mamá, y es aquella del amor.

Autor: Johan Esteban Puerta Arango