El saber exactamente cuándo
vas a morir puede generar todo un debate, pero hay quiénes podrían afirmar que ello
confiere más ventajas sobre los que vivimos con la incertidumbre de cuándo nos
llegará ese momento. Pues bien, a Jotta
no le pasa ni lo uno ni lo otro, o más bien, le pasa de ambos. Jotta pertenece
a un planeta distinto pero parecido al nuestro, cuya madre naturaleza, más sistematizada, opera
diferente, pues cada recién nacido en ese extraño mundo posee detrás de su
oreja izquierda un número que con precisión dice cuantos días de vida tendrá el
sujeto. Jotta nació siendo hijo de una madre ciega de nacimiento cuyo esposo
analfabeta no sabía hacer nada más que labores concernientes a la tierra.
Aislados de la sociedad, Jotta durante su niñez y adolescencia tuvo negado el
derecho a saber cuándo iba a morir, esto era importante saberlo, porque en
aquél mundo, los últimos días eran entonces dedicados a cumplir sus últimos
sueños. Jotta decidió entonces un día partir lejos de su familia en busca de
alguien que leyera en su oreja el día de su muerte. Decidido, cruzó regiones infestadas de fieras
hambrientas que en roses violentos dejaron heridas graves en su piel, y
lamentablemente alcanzaron a devorar parte de su oreja. Sin importarle siguió
su camino, hasta que el primer hombre que encontró le confesó que de 4 cifras únicamente
le habían dejado la última, la cual decía “0”. Desde entonces cada 10 días,
Jotta se debate entre el vivir y el morir, sin embargo contrario a lo que se
esperaría, cada 10 días, justo en su día 9, se lo ve siendo feliz una y otra vez,
pues no quiere quedar en deuda consigo mismo el día en que lo sorprenda la
muerte.
Autor: Juan Felipe Morales Cardona
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¡Qué buen cuento!
ResponderEliminarLa idea está interesante. Lástima que parece que lo hubieses empezado a escribir con mucho ánimo y que poco a poco se fue desvaneciendo. Al inicio se le ve muy prolijo, pero luego se va ensuciando. Pese a todo logra su intención. Sigue leyendo y practicando. Un cuento nunca termina de escribirse.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario, lo que percibiste de mi historia seguramente me ayudará a complementarla, creo que lo más importante fue lo que dijiste al final "un cuento nunca termina de escribirse", eso me da muchos ánimos para siempre estar dispuesto a hacer las cosas cada vez mejor.
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