miércoles, 25 de marzo de 2015

EL TRANCE

Despertó asustado,no sabía por qué estaba allí;el terreno sobre el que estaba acostado era ligeramenteinclinado, se sentó,tenía maltratada la espalda y el cuello, los pies descalzos apoyados en algo duro; empezó a buscar a tientas con las manos para saber dónde estaba, se dio cuenta que había dormido en la raíz de un árbol; aun aturdido se levantó cuidadosamente y empezó caminar, bajaba despacio, la tierra húmeda le hacía contraer los dedos de los pies ypor el cuerpo le subía un frío húmedohasta la cabeza. Paro un momento, a su memoria llegaba laúltima imagen delsueño que lo había despertado, -un anciano de barba blanca lo señalaba con el dedo-, entonces se echó a reír como cuando era un niño;siguió caminando a paso más seguro; empezaba a clarear el día, al fondo podía ver la cordillera de un color azul pálido, ¡ya sabía dónde estaba!Divisola primera hilera de casas, lleno sus pulmones de aire fresco, no sintiófrío;notó que tenía puesta el pijama, hizo otra pausa para reírse de sí mismo y siguió su camino; bajo tres cuadras y volteo a la izquierda, en la tercera casa se sentó en la acera a ver el amanecer. 

Autor: Olga Lucia Piedrahita Gutierrez

No hay comentarios:

Publicar un comentario