Jackson estaba totalmente desesperado, lo había perdido
todo. Antes de este suceso, su vida estaba llena de ganancias y triunfos. En
cada juego, siempre ganaba. ¿Por qué lo habré perdido todo?, ¿será que yo
estaba maldito?, se preguntaba.
El
hombre se quedó sin casa y sin familia. Su esposa lo dejó y sus padres
ya habían muerto. No tuvo más opción que vivir en el frío de las calles. Toda
su fortuna, la que había heredado de su padre, el alcalde, se fue al casino. Curiosamente,
Jackson no era drogadicto ni alcohólico. Su afición por las máquinas lo llevó a
la ruina. Sólo le quedaba un dólar.
Caminando en medio de la noche, estando bien vestido,
encuentra una silueta negra voluptuosa reflejada por la luz de la calle. La mostraba
una hermosa figura femenina, con un agradable aroma a rosas. Maravillado con la
misteriosa mujer, decide seguirla. Ella, totalmente cubierta, lo conduce a un
cuarto y comienza a seducirlo para jugar en la cama. Se desnudaron totalmente.
El
momento era maravilloso y parecía que ambos armonizaban bastante bien. Pasada 1
hora, la musulmana le cobra al pobre lo que le corresponde. Jackson avergonzado, le muestra su único
dólar. La hermosa dama lo tira con furia por la ventana. A pesar de la reacción
de la mujer, él sigue enamorado de ella y él logra sobrevivir al impacto.
Jackson escribe un mensaje en el dólar y se lo da a la
mujer. Antes de esta entrega, la musulmana prostituta había sido duramente
maltratada y muy bien paga. Ella era rica. Triste, toma el billete y lee:
“Yo no valgo nada, lo
he perdido todo. Tú tienes belleza y dinero. Me di cuenta de que me enamoré de
alguien que vale menos que el precio de este billete”
Autor: Kelly Zuluaga
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