miércoles, 25 de marzo de 2015

LA DAMA DEL ESTABLO

Cada noche, alrededor de las 8pm, a las afueras de un pequeño pueblo se ve llegar una hermosa dama a un acogedor establo, donde permanece su caballo. Aquella dama, de cabellera larga, ondeada y negra, ojos negros, piel fresca y algo cetrina; asistía sin falta a cepillar y trenzar la crin de su caballo.

Cerca al establo, había una humilde casa, allí vivía Marcos, un joven que cada noche esperaba afuera de su casa para admirar aquella hermosa dama que visitaba su caballo.

Ella caminaba frente a la casa de Marcos en busca de su caballo. Jamás cruzaron palabra pero Marcos quedaba tan fascinado con su belleza que no necesitaba hablarle para sentirse feliz.

 Pasaron los años, y tanto la dama como Marcos, seguían la misma rutina cada noche a la misma hora, y mientras Marcos envejecía, la hermosa dama permanecía intacta, con su piel perfecta y su juventud, los años nunca afectaban su cuerpo.

Una noche, Marcos esperaba a su bella dama como de costumbre, pero por primera vez en años, ella no llegó a visitar su caballo. Fue tal la angustia de Marcos que decidió esperarla en el establo. Al llegar allí, encuentra que el caballo de la dama yacía muerto; eso explicaba su ausencia. Marcos sabía que no volvería a ver la hermosa dama del establo. Sin embargo, no perdió la esperanza, y como siempre, cada noche a las 8pm, esperaba afuera de su casa.

Marcos nunca más volvió a ver aquella dama, pero en cambio, cada noche, alrededor de las 8pm, a las afueras de un pequeño pueblo se ve llegar un hermoso caballo de crin larga, ondeada, negra y trenzada, de ojos negros. Este pasa frente a la casa de Marcos rumbo al acogedor establo, y que al pasar, le deja una leve sensación felicidad

Autor: Ana María López Mora

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