Me encontraba cerca a la Estación Palos Verdes del Metroplus, me dirigía a ella
por el sur cuando observé que la puerta de atrás estaba abierta, entonces ingrese
por allí; en la Estación había cámaras de seguridad, me fui a devolver para salirme
y la puerta se cerró, luego comencé a ver mucha gente haciendo uso normal de
la estación, en ella había varias muchachas haciendo su labor de ventas en las
cajas registradoras; el acceso a los vagones del Articulado y de los Padrones
estaba libre, Yo no tenía que hacer ninguna recarga, el paso a los vagones estaba
libre, puesto que me encontraba en el interior de la estación aborde el vagón
con destino hacia las Estaciones rumbo a Aranjuez cuando me fui a bajar en la
Estación Esmeralda fui rodeado por varios señores vestidos todos con chalecos
reflectivos y me volvieron a introducir en el vagón y no me dejaban salir; aunque
el Articulado estaba lleno de gente, que se iban bajando en cada una de las
estaciones, pensaba que el que nada debe nada teme, me empecé a preocupar
demasiado; hasta tal punto que como si se tratara de una especie de portal o
túnel del tiempo, me encontré en el interior de una mina, era una caverna de roca;
estaba con mi novia, vestidos de caqui, con lámparas en los cascos y botas; en la
penumbra se estaban realizando labores de excavación, luego de haber pasado
una maquinaria por el lugar donde nos encontrábamos, alcance a ver algo que
brillaba muy intensamente en la oscuridad, me lance inmediatamente para recoger
ese mineral eran tres trozos dos pequeños del tamaño de dos chumbimbas un
señor los cogió de mi mano para quedarse con ellos el otro trozo de mineral en
forma de prisma del tamaño de un dedo parecido a un cristal de cuarzo era oro
de un amarillo muy intenso el resto del mineral formaba una gran veta que no se
podía recoger manualmente; en ese momento me desperté.
Autor:Adolfo Leon Ramirez Hurtado
No es mas malo por que no se puede...
ResponderEliminar