miércoles, 25 de marzo de 2015

Escapando del olvido

Ahí está, viejo, frágil y casi sin vida, pero aún da cuenta de lo que fue y que casi nadie recuerda. Sigue inmóvil en medio de los despojos enmohecidos del pasado, que al igual que él tratan de contar, tal vez en vano, la historia de la que fueron parte.

Él es único sobreviviente que fue testigo de aquellos años llenos de  vida de esa numerosa, pero ya extinta familia. Con su lenta y agónica muerte va desapareciendo lo último que queda de aquel apellido, que hasta hace poco vivía en una vieja, arrugada, amargada y dulce abuela que murió presa del olvido.

Quizá él espera el mismo final, aunque se niegue a morir sin ser evocado una última vez; sin tener la oportunidad de contar una vez más aquella historia fantástica de la que hizo parte.

Ahí sigue torcido y maltrecho, con unas cuantas ramas viejas y sin hojas, luchando por no sucumbir ante el olvido y la inclemencia de la naturaleza que lo reclama incesante.
Pero… de la nada y sin esperarlo, un chiquillo se acerca y lo observa un tanto impactado.

-Papi, papi, mira éste viejo árbol-

El padre se da vuelta y al ver la imagen de ese pobre árbol, siente una nostalgia que le produce un vacío incomodo en el estomago. Se acerca apresurado a su hijo y lo toma en sus brazos. Comienza a contarle la historia de ese árbol, que alguna vez escuchó de niño…

Quizá el viejo y frágil árbol, ahora se disponga a morir… ahora que casi escapó del olvido…

Autor: Lina Marcela Jiménez Ramírez

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