Te soñé, era verte u olvidarte…
En algún pálido desierto, papeles en el viento gritaban tu nombre haciendo una invitación
a nuestro encuentro; así que corrí por ti aunque todo fuera desolación, mis largos saltos e
incandescentes pensamientos perseguían el dulce perfume de tu presencia.
La tragedia era el no encontrarte, perderte en un sueño ignorado, efímero y miserable. La
desesperación se apoderaba lentamente de mi cuerpo y mis pensamientos, debilitándome,
atormentándome, atacando mi sed…
Recorrí varios caminos, varios sueños, varias historias vividas contigo, pero esta vez solo
permanecía la presencia de la penumbra, ya no quedaba nada de ti, nada de mí, nada de
nosotros, solo la ausencia habitaba las tristes calles vacías, fuentes sin agua, cielos
nublados, silencios eternos… ningún viento soplaba y flores marchitas inundaban las
esquinas. Aquellas historias contadas de aquellos sueños con hermosos matices azul y rosa
habían terminado.
Veía como las sombras y huellas se evaporaban, mis piernas comenzaron a temblar, mis
manos pesaban, mi boca se secaba, mis pies se adormecían y en un arrullo mi corazón se
detuvo.
Abatido, miraba hacia la nada y en un instante… tú te acercaste, inmortalizada en el
tiempo.
Qué lamentable fue mirar aquellos ojos no amados y no recordarte, detenerme y dudar,
con la extraña sensación de que estas y no estas… despertarse y olvidar.
Ha pasado mucho tiempo desde aquel día en que reíamos juntos, suelo pensar que las
horas son solo números que nos acercan en vez de alejarnos y que falta poco para volver a
tu encuentro. Todos los días camino inmerso en la rutina, encontrando un momento
perfecto para soñar despierto, escuchar tu nombre o esperando quizás cruzar miradas con
recuerdos.
Añoro poderte ver, quizás en algún otro sueño donde aparezcas por última vez, aliviar mi
soledad y decirte cuanto te pienso.
Autor: Mabel Lucia Brunal Gomez
Muchos lugares comunes en el texto. No hay una historia. Escribir "estas" y no "estás", es un error muy ingenuo.
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