miércoles, 25 de marzo de 2015

OBSESIÓN DE LUNA LLENA

Era noche de luna llena y aunque los días han pasado, aun su aroma perdura en las
sabanas como flores que no marchitan, ese delicado perfume que resbalaba por su pecho
y que enloquecía mi olfato mientras mis manos retiraban con sutileza las tiras de su
vestido, para consumar lo que unas horas antes había empezado.
La muerte rondaba, disfrazada de la más hermosa doncella, recuerdo que aquel día, el sol
se ocultaba tras las colinas, no veía el día de volverla a ver, y anhelaba su presencia en
cada atardecer, la buscaba divagando en las estrellas de medianoche y los recuerdos se
intensificaban en luna llena, pensando en aquel efímero instante, cuando nuestros
cuerpos se juntaron, y mi corazón latía a un ritmo acelerado, sus gemidos erizaban cada
bello de mi cuerpo, y su forma de amar estremecía el corazón.
Su figura cautivadora, hacía que ardiera de pasión mientras explosiones de placer
clamaban por su ser, miradas que penetraban lo más profundo de mi alma suplicaban no
dejarla ir. Un instante, una mirada, un beso, una noche de sexo, una eternidad en un
momento que deseaba repetir, una necesidad tan fuerte como la de un drogadicto que
enloquece al no suministrarse su dosis.
Mil oscuros senderos recorrí, en busca de mi musa inspiradora, mil y una vez me
equivoque por pensar que la encontraría. Mis labios llenos de veneno, aun saboreaban
sus dulces besos, pero eran solo ilusiones en mis noches de letargo.
Los días pasaban y anochecer tras anochecer la esperaba en aquel bar donde la conocí.
Regresaba a mi casa por senderos que nunca transite, y en una esquina de bombillo rojo,
la vi, lucia tacones altos, falda corta y chaleco ombliguero, el anhelo de volverla a amar
hacía de mis deseos el juego de media noche, cruce la calle y dirigiéndome a ella, me
miro con miedo y sorpresa, se abalanzo en mi pecho, y con tono sollozo exclamo -¡Tienes
que irte!, no entendía que hacia allí, ni el ¿por qué? de su exótico vestir, estaba segado
con su belleza aunque su rostro no reflejaba la misma pureza de aquella vez.
Un disparo sonó, y el cuerpo de mi amada cayó en mis brazos, mi vida se fue con ella en
ese fatídico final, ahora solo me quedaban tormentosos recuerdos.
Ni la noche me hará olvidarla, ni el dolor me hará dejar de amarla porque inmortalmente
vivirá en mí en cada noche de luna llena, en cada suspiro perdido, en cada palabra a un
amor perdido.

Autor :Henry Giovanny Velasco Vera 

1 comentario:

  1. Hay vario errores de ortografía:

    -Es aún, con tilde, y no aun.
    -Es equivoqué, con tilde, y no equivoque.
    -Es transité, con tilde, y no transite.
    -Es lucía, con tilde, no lucia. (La falta de la tilde puede convertir un verbo en un sustantivo).
    -Es miró, con tilde, y no miro.
    -Es abalanzó, con tilde, y no abalanzo
    -Exclamó, con tilde, no exclamo.

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