miércoles, 25 de marzo de 2015

Un Solo Rostro

Los pasos le iban llevando, como si el aire fuera un mar que empujaba todo alrededor,
aquella silueta de ondas se movía, no se desplazaba, parecía atrapada en una neblina
gelatinosa que congelaba el frio, no podía esperar así que ardía deslizándose en colores ,
aquella corriente continuaba fluyendo y el movimiento detenía la quietud, no era un mundo
diferente al nuestro pero si diferente al tuyo, la silueta continuaba cambiando de temas a lo
que el tiempo decidió parar y ver como se veía cuando todo se detenía, observo un rostro
diferente que abarcaba 360 grados, parecía crear su propio espacio al moverse y a través de
su transparencia se veía una ventana al más allá, básicamente a donde llega la imaginación
a través del sonido.

Tras unas horas de sueño, decidió adoptar la forma de un humano en su memoria, aunque al
parecer no lo lograba ya que no podía ver rostros, si enfocaba su vista en uno veía
caracteres e imágenes en un constante azar, solo era capaz de observar el resto del cuerpo,
para solucionar aquello se adentró en su transparencia al igual que lo hacia el tiempo, y
viajo un rato por las sensaciones más efímeras y placenteras, trato de percibir la forma de
un rostro humano de pelo largo y se conectó con la primera ventana hacia las imágenes de
muchas jóvenes a la vez, ya tenía una idea de que veían los humanos, una idea bastante
visible.

Comenzó entonces a crear su nuevo “rostro” que parecía una pantalla de televisión flotante
y busco integrarse con “ellas”, observaba lo mismo que sus mentes y ojos, intentaba
hablarles pero rápidamente entendió que allí no existía, después de todo solo era una silueta
transparente y su voz un aire disimulado por el camino y la respiración.

Autor:Samuel Murillo Ospina

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