El barco se movía de un lado para otro en medio de una tormenta implacable, la
cubierta veía pasar los enseres junto a los cañones que se rendían contra la furia
del viento mientras los marineros rogaban por sus vidas a cada dios al que le
rendían culto. Ellos venían de todos los confines del mundo y allí en medio del
océano una sola religión obraba en sus almas, aquella que los pudiera salvar.
En un instante, un estruendo proveniente del cielo comenzó a anunciar el fin, el
relámpago cayó con furia cercenando cuerpos entre ellos el del barco que al
partirse en dos, súbitamente comenzó a hundirse. Al mismo tiempo un hombre, el
único que miraba al horizonte en extraña calma desde la proa, pensaba en la
necesidad de sobrevivir para ver de nuevo al amor de su vida, se había
embarcado en aquella aventura porque se dirigía allí, a su puerto. Pasó un
momento y solo sintió que las aguas lo cubrían, al final... ¡Nada!
Autor: Oscar Manco Lopez
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