miércoles, 25 de marzo de 2015

En medio del silencio.

La lluvia aparece en la apertura de este fatídico y ultimo día, mojando tiernamente un cuerpo que
esta cercano al olvido. Con tan profunda solemnidad y lentitud ella empezó a tejer su gruta con el
devenir de los días, cruzando las fronteras de la infancia e irrumpiendo la inestable quietud que
investía la profundidad del bosque en el medio del silencio. He de confesar, que nunca yo le temí a
ella, y aunque escuche en varias ocasiones su galimatías de obscenidades inundar las calles de
cadáveres hasta el desborde y la nausea, nunca le temí. No, nunca le temí; y aunque se abalanzase
sobre los animales en el fragor de la carnicería de la supervivencia siempre, se dispuso distante y
lejana. Vil engaño.

Religiosamente abdico con cada respiro el peso de mi existencia, mientras se deshojan las ultimas
lágrimas agonizantes de la ultima y única rama privilegiada de la sombra. Que irónicamente vestía
de escarlata y oro la triste antesala del ocaso.  Pero en sus manos y el frío de su presencia. Las
negras perlas que adornaban el silencio en su estancia más pura. Descendieron del infierno, para
juzgarme.   ­¡Podrido!   esta   podrido.   Vociferaban   las   violentas   voces   del   inframundo,
Sus ramas azules ya están, y sus raíces repletas de hormigas así lo confirman.

Es   frío.   Y   la   muerte   es   un   engaño,   es   una   mentira.   Es   la   mudez   absoluta,   es   el   Disparate.
Dicen   ustedes   negras   esclavas   de   la   luz,   Algo.   Que   algo   he   de   ser.   Que   soy   algo   alegan.
¿Será que soy porque sé algo? No, no hay que saber nada. Solo creer que se sabe si se es necesario
saber algo, sé algo porque soy. Digamos que soy ...

­¡Pero que blasfemia!

Perdóname gloriosa nada del absurdo y del disparate; acúseme de ser lo que soy y creyendo saber
que siendo esto ­ “lo que soy”.  le pido excusas si yerro pues lo que soy lo soy sin saber nada más,
pues solo soy siendo. Entonces yo les digo, como me dijeron las muy putas del averno, lo que yo
era:

Un árbol, que fue hombre antes de ser árbol. Y también fui ave, roca, noche, planeta y estrella.
Digamos que no se que soy, pero se que seré polvo y del olvido silencio. Que fue y será. Y, fue y
será. Vida, explosión y silencio. Eso soy en esta translúcida cámara de materia. Lo sé. Y Sí que lo
sabemos.

Autor: Jaime Garzon Bermeo

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