miércoles, 25 de marzo de 2015

Crimen de Estado

¿La muerte es el motor de la historia en Colombia?
Jaime Garzón


Jonás Garzal  un líder político, humorista y humanitario por naturaleza fue
asesinado vilmente en una ciudad teñida por el gris de la violencia y la
impunidad, compuesta por indefensos, ignorantes y políticos. Una mañana se
trasladaba en su automóvil y fue víctima de dos jóvenes motorizados inducidos
por una nimiedad de billetes que no compensaba el dolor y las lágrimas jamás
derramadas por todo un pueblo.

-yo sentía tristeza, era como si mi padre hubiera sido la víctima.  Aquel día me
levanté y note que era un día lúgubre, el cielo contenía nubes densas y grises,
retumbaba un silencio como un preámbulo de lo que sucedería; Yo era un
empresario y me movilizaba para trabajar, era indolente e indiferente con la
sociedad, ambicioso como ninguno, pero curiosamente me encantaba llegar a
mi casa,  prender la tv y ver el programa de humor sarcástico de Garzal contra
la clase dirigente y como se burlaba de ellos sin importar las consecuencias-.
Decía un simple empresario.  Aquel joven egresado de una de las mejores
universidades del país y con tintes revolucionarios fue cobrando relevancia, se
interesó por los asuntos nacionales, era un héroe nacional, aquel en donde se
reflejaba la clase media y baja, sintiendo que éste era su líder natural que
promulgaba, promovía y hacia valer los derechos de cada uno. Era ingenioso
en su singular forma de manifestar su inconformidad.

La  mañana de un jueves solo se ven sábanas blancas sobre su coche
cubriendo el vil asesinato del gran héroe que desde ahora se convertiría en
leyenda y ejemplo de lucha para las nuevas generaciones. Mi oficio actual es lo
de menos. Lo peor es que El pueblo rió, luego lloró, olvidó y murió.

Autor: Yesid Andres Zapata Arango

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