-La mañana está fría, pero el sol se presiente- pensé, mientras asomada en la
ventana miraba el sucio cielo, y recordé su piel, su linda piel del color de las hojas
secas y deseé que estuviese aquí conmigo, para contarle los secretos
descubiertos, mis secretos, para decirle que no se preocupara por las aves porque
las plumas están hechas de paticas de cucarrones muertos y para confesarle que
hay una cosa que bien disfruto: oler su piel al salir de la ducha y descubrir la
fragancia del frio, como de pepino, como de levedad, pensé en decirle también
que no se sienta culpable si sueña con otras mujeres o si no ha vuelto a comer
cereales, que me quisiera en octubre como yo la quiero a ella el resto del año,
pensé frente a la ventana, pensé en su sangre de mambo y guaguancó, en que no
vendría ya más a refrescarme los días con su piel, lo único que me queda es
presentirla, como presiento hoy el sol en este invierno incansable.
Autor: Mariana Restrepo Bedoya
Muy bonito!
ResponderEliminarMariana, está precioso tu cuento. Me encantaron las plumas hechas con paticas de cucarrones muertos y la fragancia del frío como de pepino. Nunca había pensado que el pepino es en realidad muy frío, muy aguado y bastante insípido. Tan raro que para vos la levedad sea como un vegetal diferente a la lechuga, que es una nada de hojas. Aunque, más abajo en el texto, el pepino para es también frescura en la piel. Muy bonito. Tu cuento fue como una mascarilla para las arrugas de mi rostro (acartonado hoy por el viento helado).
ResponderEliminarEs hermoso, sin embargo, la primera línea es como un freno. Aunque maneras de escribir hay muchas, me atrevo -con rubor-, a sugerir una:
"Asomada en la ventana miraba el sucio cielo. Recordaba su piel, su linda piel del color de las hojas secas, y deseé que estuviera aquí, conmigo, para contarle los secretos descubiertos.."
Éxitos, Mariana Vegetariana.
Que sentir hay en esas palabras, transmites cada letra, te felicito :3
ResponderEliminarMe gustó!
ResponderEliminarEncantador.
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