La primera vez que supe de la Nacional tenía nueve años y estaba en el comando de la policía.
Con sorpresa vi que mi papá y sus compañeros se vestían como astronautas. Ante el agite de
movimientos y palabras, pregunté qué pasaba. Contestaron: “otra vez los muchachos de la
Nacional salieron a la 26”. Desde ese día cada vez que había disturbios en la universidad, en mi
casa se prendían velas y se rezaba al Divino Niño para que protegiera a mi papá y a los otros
policías.
Cuando terminé la secundaria quise seguir estudiando, pero las dificultades económicas en la
casa eran tantas que ese sueño parecía lejano. Sin embargo, logré entrar a la universidad y, ya
matriculado en la Facultad, oculté a todos el oficio de mi padre, me avergonzaba de él y tenía
miedo de que otros se enteraran cuál era su trabajo, así que nunca invité a nadie a mi casa y si
me preguntaban ¿tu papá qué hace? siempre decía que el hombre manejaba un camión.
Cuando, por cualquier razón, algunos de los estudiantes salían en protesta, se me hacia un nudo
en el estómago… Ahora era mi hermano quien vestía de astronauta para enfrentar piedras y
consignas.
Cuando por fin terminé mis estudios, mi papá se compró un vestido elegante para ir a mi grado,
pues fui el único de sus hijos y parientes que realizó estudios superiores. Era la primera vez que
él asistía a los predios universitarios sin su uniforme y sin el miedo que siempre lo acompañaba
desde que yo ingresé a la Nacional.
Cuando leyeron mi nombre para recibir el diploma, el hombre, con sus ojos llenos de lágrimas,
se levantó con su brazo empuñado y gritó ¡Que viva la Nacional, carajo!
Por: Gloria Patricia Zuluaga Sánchez
ES UNA ANECDOTA MUY BONITA QUE REFLEJA LA REALIDAD DE NUESTRA UNIVERSIDAD
ResponderEliminarGloria Patricia: que finalizada tan tremenda!!! me conmovió hasta las entrañas. MARAVILLOSO REMATE!!!!!
ResponderEliminar¡Conmovedor!
ResponderEliminarQué final tremendo! Felicitaciones querida!
ResponderEliminarExcelente cuento!! Sin duda el acercamiento a la otredad es un gran paso para entendernos! Feliciaciones !!!
ResponderEliminarUn reflejo de nuestra realidad, un mundo de contrastes.
ResponderEliminarUn cuento sencillo, gracioso, cotidiano y profundo.
¡Gracias por desprenderme una sonrisa, justo hoy la necesitaba!
Me conmoví hasta las lágrimas.
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